El Partido Comunista no es un Partido
Político. Ellos mismos se identifican como una organización
revolucionaria. Lo que ellos silencian o declaran, a medias, es su
objetivo esencial: asumir el poder absoluto, sustituyendo la Democracia
por la Dictadura del Proletariado. Generado por los alemanes Marx y Engels, el comunismo fue
esquematizado en el Imperio ruso, por Vladimir Ilich Lenin, líder
teórico de la revolución de octubre de 1917.
Tras un duro y prolongado proceso revolucionario, conjugado con la
violencia de la Primera Guerra Mundial, los gobiernos provisionales que
remplazaron a la Monarquía zarista, terminaron con la histórica
Revolución de Octubre, que no fue más que un Golpe de Estado de Lenin y
Trosky, líderes de los soviet y que, en un día, con un saldo de no más
de 5 mil muertos, derrotaron definitivamente a la burguesía socialista, a
los mencheviques y a los socialdemócratas. Así nació la URSS, suerte de
incubadora mundial del comunismo.
El comunismo se potenció bajo la feroz dictadura de José Stalin que,
con el cargo de Secretario General del Partido Comunista, ordenó las
famosas “purgas”, con millones de disidentes asesinados.
El idílico emblema “de cada uno según su capacidad y a cada uno según
su necesidad” se ha materializado en tiranías sórdidas en las que el
Estado asume el control total de la producción y abastece solo las
necesidades mínimas de la población.
Con un bálsamo de pequeñas verdades cubriendo enormes mentiras han
logrado enfrentar las crisis mundiales con una aureola sentimental
generosa y soñadora, crearon el Movimiento Mundial por la Paz, cuando la
violencia atómica coronaba la Segunda Guerra Mundial y estremecía al
planeta con la Guerra Fría. Organizaron festivales y congresos
internacionales y creando el símbolo de la paloma dibujada por
Picasso. Se proyectaron, al mundo entero y sobre todo a la juventud,
como la Diosa de la Paz, impulsora de las artes, de las ciencias y de
los deportes. Estrategia que fortaleció a todos los Partidos Comunistas
del Planeta, con una organización piramidal monolítica, sujeta a una
disciplina absoluta e intransigente. Los Partidos Comunistas están
sometidos a una dictadura interna que ellos, los comunistas, llaman
“centralismo democrático”. Así, generaron una estructura mundial
dirigida desde Moscú y actúan, en todo el mundo, como una cadena en la
que cada país es un eslabón.
Como las mentiras son siempre vulnerables, a fines del siglo XX se
derrumbó la URSS y el muro de Berlín. El comunismo fracasó en la URSS,
su país de origen, transformado hoy en una potencia semiparlamentaria,
en la que la libertad de mercado ha generado enormes fortunas privadas.
Su engendro más importante: la República Popular China, le sigue los
pasos, superando todas las expectativas. En el resto del mundo, el
comunismo mantiene vigencia como crueles tiranías hereditarias: Corea
del Norte y Cuba. Y participa en algunos gobiernos sudamericanos como
promotores del Foro de Sao Paulo, desesperado intento de solidaridad
financiera con Cuba.
El Partido Comunista chileno es, tal vez, el más singular del mundo.
Sin dudas, es muy disciplinado y tenaz. Fue el más cercano a la
incubadora soviética y sigue siendo el más estalinista de la
organización internacional del comunismo.
Su fracaso, como cerebro y motor del allendismo, fue de singularidad
mundial: por primera vez en la historia universal llegó al poder
democráticamente y fue derrotado por un pronunciamiento cívico-militar
en el que, también, por primera vez en el mundo, las FF.AA. actuaron con
la unanimidad de sus Altos Mandos.
La tenacidad y la disciplina monolítica del partido comunista chileno
han enfrentado su derrota con una bandera tan mentirosa como la campaña
por la Paz Mundial. Esta vez se ha usado la supuesta defensa de los
DD.HH. que encubre a los seguidores del más sanguinario asesino del
mundo, José Stalin, encabezado en Chile por otro asesino confeso,
Guillermo Teillier.
Hoy, el PC criollo, ejerce una influencia en el Gobierno de Chile, de
una forma proporcionalmente inversa a la cantidad de sus militantes:
exitoso resultado de su rigurosa disciplina y tremenda tenacidad.
Disfrutan, mañosamente, de los valores intelectuales de importantes
poetas, escritores, músicos y artistas, en general, soñadores de la
utopía de la igualdad.
Con el sabor amargo de la derrota armada, frente al Gobierno Militar,
han usado su vigoroso poder de facto, para ejercer una odiosa venganza
con el lema “sin perdón ni olvido”.
La encarajinada situación que sufre el país amenaza seriamente al PC
con un nuevo fracaso: corrupción horizontal, violencia desatada,
inseguridad pública, desorden judicial y una incertidumbre paralizante,
parecen distantes, muy distantes, de una solución política democrática. Y
es impensable que el Partido Comunista esté dispuesto a ser despojado,
por segunda vez, del poder logrado en un acto eleccionario.
En los mil días, 3 años, que gobernaron Chile, con la Concertación,
alcanzaron a reclutar hasta a Generales. Hoy, llevan más de 20 años
apropiándose del triunfo del NO y participando, de una u otra manera, en
el Gobierno y en todas sus instituciones, seduciendo, con sus mentiras,
a ejecutivos de todos los escenarios.
Los Altos Mandos de las FF.AA. y Carabineros han soportado que: sus
camaradas sean procesados y encarcelados por la Justicia Ordinaria y no
por Tribunales Militares, en consecuencia que sus acciones ocurrieron
bajo el régimen de sus Instituciones Armadas y por órdenes en la
defensa del Gobierno de las FF.AA. y Carabineros. Han soportado, además,
que se atropelle el Estado de Derecho y se les aplique “Ficción
Jurídica” para legitimar abusos legales. Y para coronar esta increíble
tolerancia, han permitido que sean prisioneros bajo custodia de
Gendarmería. En síntesis: han soportado que los políticos ejerzan la más
cruda venganza con el lema “sin perdón ni olvido”.
¿Soportaran que Chile pierda su convivencia democrática?
Por Patricio Amigo
DespiertaChile.cl
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