A Jaime Guzman lo conocí no a través de los medios, sino que a través de una tía que trabajó con el en Quilicura, cuando sacó del barrio alto a la UDI y la llevó a los barrios pobres, a las poblaciones, les hizo cruzar la frontera establecida en plaza italia y mostrarles a la gente comun y corriente del proyecto de partido que estaban montando. Tenía ya 12 años y me lo imaginaba como alguien apasionado en su discurso, pero muy certero, algo que se está viendo ahora con Mi tocayo Kast y con varias personas que se estan descolgando de esta mal llamada derecha.
El pecado de Guzman no fue solo "ir a los barrios pobres", que el zurderío controló por décadas, sino que les hizo despertar de su letargo y hacerles entender que la idea era crear un pais de propietarios y no de proletarios y que con los zurdos se mantendrían en la miseria. Esto provocó que en las elecciones del Si y el NO la votación llegara al 44% del total de votos.
Guzman era un tipo de temer, era "el exterminador de zurdos" en los debates, los dejaba en el mas absoluto ridículo. Pudo haber sido un presidenciable, habría arrasado en las elecciones y la izmierda no habría gobernado jamás.
El pecado de Jaime Guzman fue ese: haberle abierto los ojos a los "proletarios" y les indujo la misión de convertirse en propietarios, quitandole votos cautivos al zurderío y quitarles la careta a estos, dejandolos al descubierto como los miserables que son.
Pero también era una amenaza a sus cercanos en la UDI y RN. Era de la "vieja escuela" y no le daría espacio para que los oportunistas como Lavin, Chadwick e incluso Piñera (la mal llamada "patrulla juvenil") se metieran a saciar sus ambiciones personales. Era la piedra en el zapato. Fueron estos últimos, quienes tras la muerte de Guzman, se encargaron de destruir a la UDI y porqué no decirlo, a la derecha completa desde el 2000 en adelante, transformandola en el bodrio que es ahora.
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